Existen diversas lesiones cutáneas benignas que son un motivo habitual de consulta y, con bastante frecuencia, con cierta alarma por parte del paciente. Ya sea porque tiene un aspecto «feo» o porque están cambiando de forma evidente, suponen un número elevado de consultas de carácter urgente por parte del paciente.
En este artículo voy a tratar de mostrar las más habituales y dar una serie de datos para poder identificarlas. No obstante, la opinión del dermatólogo es fundamental y ante lesiones cutáneas que han sufrido modificaciones o presentan un aspecto irregular, lo conveniente siempre es acudir a la consulta de un dermatólogo para un diagnóstico certero.
Así que, empezamos.
1. QUERATOSIS SEBORREICA
Se trata de una lesión tumoral benigna de la epidermis con engrosamiento de la misma y tapones de queratina en la orificios de los folículos pilosos. Suelen tener un color marrón que puede variar en intensidad y una superficie de aspecto untuoso, en ocasiones.
Tiene un carácter genético muy importante y pueden aparecer por decenas en toda la superficie corporal, sobre todo en zonas que ha estado más expuestas al sol.
2. DERMATOFIBROMA
Lesión tumoral benigna fibrosa compuesta por unas células llamadas fibroblastos. Habitualmente aparece como un pequeño nódulo duro y firme al tacto, de un color entre marrón claro y rojizo. Al pellizcar la lesión suele hundirse un poco por el centro y parece como si se pellizcara una pastilla, por la forma y lo bien delimitado que está.
Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero lo más frecuente es que aparezca en piernas, y algo menos en brazos y el tronco.
3. FIBROMA TROMBOSADO
Los fibromas son lesiones blandas pediculadas que aparecen generalmente en los grandes pliegues del cuerpo (cuello, axilas, pliegue submamario e ingles). Pueden ser muy abundantes, sobre todo si se asocian con sobrepeso.
En algunas ocasiones, por el roce en la zona, algunos de estos fibromas se irritan o se «estrangulan» por la base y se inflaman de forma llamativa, hinchándose, enrojeciéndose y volviéndose dolorosas. Este cambio y dolor súbito es lo que hace alarmarse en ocasiones al paciente, que acude a la consulta para una valoración preferente.
4. GRANULOMA PIOGÉNICO
Es una lesión formada por una proliferación de capilares sanguíneos, que generalmente ocurre tras una herida o traumatismo en una zona determinada. Puede crecer bastante rápido y suelo tener un aspecto rojo intenso. Sangra con mucha facilidad y de forma abundante ante mínimos roces.
5. HALO NEVUS O NEVUS DE SUTTON
En ocasiones aparecen halos blanquecinos alrededor de lunares. Generalmente ocurre en la infancia o adolescencia y puede aparecer en varios lunares de forma simultánea. Dicho halo blanquecino puede ir aumentando de tamaño a la vez que el lunar va desapareciendo, llegando en muchas ocasiones a desaparecer por completo.
Este fenómeno se produce por inflamación de tipo autoinmune que hace que nuestras propias defensas vayan eliminando las células de lunar. Es un proceso frecuente y banal y no requiere un tratamiento específico.
6. NEVUS DE CLARK
Es un tipo frecuente de lunar que suele tener algunas características distintas a los lunares habituales. Estos suelen tener un forma más ovalada y la parte central algo más elevado, dándole un aspecto «en huevo frito».
No es un lunar que tenga más riesgo de malignización, pero sí existe un grupo de pacientes o familias que tienen más de 50 lunares de este tipo y que requieren de un seguimiento especial por parte del dermatólogo para seguimiento de los lunares.
7. NEVUS DE SPITZ
Es un tipo de lunar, más frecuente en la infancia, que suele aparecer en la cara o extremidades. Suele tener un color rojizo y tiene como característica principal un crecimiento muy rápido. Este hecho suele alarmar a los padres que acuden a la consulta para valoración de una lesión de rápido crecimiento. Muchos de estos lunares acaban siendo extirpados ya que, aunque clínicamente no tiene características de malignidad, el crecimiento tan brusco suele hacer recomendable su extirpación. Recordemos que el cáncer de piel es muy poco frecuente en la infancia pero puede darse. Este lunar tiene una variante pigmentada (nevus de Reed), que se comporta de forma similar pero tiene un color negro muy intenso, complicando aún más el diagnóstico
8. NEVUS DE MEYERSON
En algunas ocasiones, lunares normales pueden sufrir un fenómeno de irritación y formación de eczema, dando lugar a un cambio bastante brusco en la piel con enrojecimiento, descamación y picor sobre el lunar. Suele ser un proceso que cede en pocos días con hidratación o la aplicación de algún corticoide tópico y no requiere de otra actuación.
9. NEVUS AZUL
Se trata de un tipo especial de lunar que tiene una formación u origen un tanto distinto a los lunares habituales y que como consecuencia presenta bastante pigmento, pero más profundo en la piel, lo que le confiere ese color azulado que en ocasiones es tirando a negruzco. Esta coloración es la que suele alarmar al paciente. Es un lunar completamente benigno y suele ser bastante estable en el tiempo. No requiere de una actuación distinta que la del resto de lunares.