Esta semana he leído un artículo en la revista de la Academia Americana de Dermatología que me ha parecido interesante para comentar ya que trata sobre un tema que ofrece muchas dudas a muchos de los pacientes que atiendo en la consulta. Se trata de un artículo sobre los productos autobronceadores.
Lo primero y muy importante es diferenciar entre los productos potenciadores del bronceado y los que producen una coloración de la piel similar a un bronceado.
Los potenciadores del bronceado son productos destinados a estimular la síntesis de melanina y con un poder antioxidante elevado, para lograr un bronceado acelerado uniforme y más duradero. Existen diversos productos con este fin y la mayoría de ellos son en forma de capsulas que incluyen entre otras cosas betacarotenos, licopeno, vitamina C, vitamina E, zinc, manganeso y/o selenio u otras sustancias naturales como el Forskolin (coleonol), derivados de plantas.
Es fundamental destacar que estos productos no producen ningún efecto protector contra los rayos solares y que su uso siempre debe ir acompañado de un fotoprotector.
Debemos huir de productos que producen más efecto de la radiación solar en la piel amplificando los rayos solares a través de aceites, ya que magnifican los daños en la piel y su uso puede ser muy perjudicial, favoreciendo quemaduras y aumento notablemente el riesgo de cáncer de piel
Por otro lado están los autobronceadores propiamente dichos, es decir, aquellos que dan un color a la piel similar al del bronceado, sin que sea necesaria la exposición al sol.
Este tipo de productos suelen llevar dihidroxiacetona (producto aprobado y avalado por la agencia american del medicamento, la FDA). Este producto (DHA) es un carbohidrato que se obtiene de determinadas plantas como la remolacha, caña de azúcar o de la fermentación de la glicerina e interactúa con las proteínas de la piel formando un producto marronáceo llamado melanoidina.
Esta reacción queda limitada solamente al estrato córneo de la epidermis y diversos estudio confirman que no se produce ninguna absorción de la sustancia en el organismo.
Como es lógico deducir, estos productos no producen un aumento de la melanina en la piel sino que forman una sustancia en las capas superficiales de la epidermis que simula el color de la melanina. Es decir nos ponemos «morenos» sin haber estado expuestos al sol.
Dicha coloración va desapareciendo a medida que se va descamando la piel y suele durar unos 5 o 7 días.
Es importante tener en cuenta que estos autobronceadores deben aplicarse con cuidado, sin ser inhalados y sin que entren en contacto con superficies mucosas (cuidado con región labial y alrededor de los ojos). No está aprobado su uso como sprays ni baños corporales totales.
En general, todos estos productos no son nocivos para la piel o el resto del organismo pero hay que comprobar que no tengan componentes que potencien la intensidad de los rayos solares.
Y como conclusión final es muy importante reiterar que ninguno de estos productos no esta protegiendo frente a los rayos solares y que su uso debe hacerse siempre junto con el de un fotoprotector habitual.